Celebrar un Amor que todo lo supera

El pasado 24 de octubre fue un día de fiesta para todos los claretianos. Un día de emociones intensas, de agradecimiento hondo, de fidelidad compartida. Celebrábamos la fiesta de nuestro Padre fundador, San Antonio María Claret. Recordamos la vida del aquel hombre de fuego, del misionero ardiente sin fronteras, del enamorado de Cristo y de María, del que tenía el alma habitada. Hacer memoria agradecida de su vida siempre es un motivo de alegría.

Por la mañana siete estudiantes claretianos renovaron sus votos temporales: Claver, Raju, Charles, Jorge, Rayappa, Sarin y Jobish. En el fondo de su corazón renovaban el deseo de mantener encendido el sueño del joven Claret que llevan prendido en el alma.

Por la tarde, Adrián de Prado, cmf  realizaba su profesión perpetua. La acompañaron en este acto tan importante un buen grupo de claretianos, familiares y amigos que compartieron con él la ilusión y alegría de la celebración.

Agradecemos el inmerecido regalo del sí de estos jóvenes. Su generosidad es un impulso seguir adelante en nuestro compromiso misionero al estilo de Claret.