Oviedo: Dios oye los gritos de la gente

El sábado 24 de noviembre algunos jóvenes de la Parroquia del Corazón de María de Oviedo celebraron una convivencia. Los convocados eran quienes preparan su confirmación, en su 2º año, junto con los catequistas y su responsable pastoral.

La asistencia a la convivencia recordó la parábola de los “obreros enviados a la viña”: los hubo de la primera hora, de la segunda… y de la hora penúltima. Y es que ya se sabe que a los más jóvenes no les faltan citas ni compromisos, y que no siempre nuestras propuestas ocupan para ellos el primer lugar. En todo caso, este contratiempo no nos quitó la ilusión de trabajar con los que estaban y de aprovechar una jornada que, con las horas, fue ganando en participación e intensidad.

El día comenzó con un cartel en una puerta que decía: “NO ABRIR si no vas a hacer nada”. Y con una caja que tenía el mismo rótulo. Y como solemos querer hacer lo que está prohibido, la puerta se abrió para dar inicio a la convivencia y la caja hizo lo propio para mostrarnos su contenido: los “gritos del mundo”.

A partir de ahí trabajamos sobre esos gritos, grabándolos en video, y después sobre nuestros propios gritos, que también los tenemos… Situaciones urgentes o importantes que piden una respuesta.

El siguiente paso fue descubrir a Dios como el que escucha el grito de su pueblo y nos abre un camino de salvación. Y a Jesús como aquél que escucha los gritos de todo Bartimeo que se encuentra al borde del camino y, tras entrar en contacto, le pone de nuevo en pie, para volver a caminar.

El tiempo de la comida y algún rato de distensión favorecieron la convivencia de los asistentes, que pertenecían a diversos grupos de catequesis. La eucaristía final, preparada y participada, puso el cierre a esta jornada. Un momento fuerte del camino de crecimiento en la fe de los jóvenes a los que acompañamos y pretendemos servir.