El obispo claretiano Pedro Casaldáliga, de 84 años, se ha visto obligado a dejar su casa en São Félix do Araguaia e irse a más de 1.000 kilómetros por indicación de la policía federal de Brasil. La causa ha sido la intensificación en los últimos días de las amenazas de muerte que recibe por su defensa de los derechos de los indios Xavante, a los que ha defendido durante más de 40 años.
Casaldáliga se ha convertido en objetivo de los llamados ‘invasores’ que fraudulentamente se apropiaron de las tierras en Marâiwatsédé de los Xavantes. El obispo claretiano, de 84 años y afectado de Parkinson, trabaja desde hace años en favor de los indígenas y de sus derechos fundamentales desde la prelatura de São Félix y se ha convertido a nivel internacional en cara visible de la causa.
Los terratenientes y los colonos, que ocuparon fraudulentamente y con violencia las tierras, serán desalojados próximamente por la orden ministerial que desde hace 20 años está pendiente de cumplimiento.