El tiempo de Pascua es un tiempo para dar pasos desde el Señor Resucitado. Su Vida, que nos llega a través del Espíritu, se hace concreta en este tiempo, entre otros signos, en los sacramentos. Los bautismos de la noche de Pascua, las primeras comuniones del mes de mayo, las confirmaciones en torno a Pentecostés, además de los matrimonios y las ordenaciones, habituales en este tiempo, hacen de estos días una etapa de especial densidad sacramental, a vivir y celebrar junto a aquellos que los reciben.