Haciendo accesible a Cristo para los más jóvenes

Estamos en tiempos de nueva evangelización. Estamos en momentos de dar pasos significativos en la animación y promoción vocacional. ¿Por dónde seguir? ¿Cuáles han de ser los acentos?

Fundamentados en la oración, para poner estas tareas en manos de Dios y continuar siendo dóciles instrumentos suyos, el siguiente medio será el testimonio de nuestra vida. Porque nadie da lo que no tiene. Y nadie contagia aquello de lo que no es portador.

Antes que las acciones, las tareas, los eventos… está nuestra vida. Esa vida que, con sus luces y sombras, quiere seguir más de cerca a Cristo el Señor, con su mismo estilo y sus mismas opciones. En lo que vivimos, en lo que transparentamos y en cómo nos relacionamos, podemos abrir caminos para que los más jóvenes puedan llegar a encontrarse con Jesús. Y después vendrán las acciones.

El hermano Alois, Prior de Taizé, lo dijo de una manera más clara en una intervención ante los religiosos y religiosas de Francia en el año 2010, recientemente publicada por nuestra revista Vida Religiosa:

“Profesar los votos hace de nosotros un signo concreto, visible, de algo que esté por encima de nosotros mismos. Es el signo de Cristo presente en e1 mundo. Viviéndolos hacemos accesible a Cristo.

En Taizé hacemos una constatación que, sin duda, vosotros también habéis hecho: los jóvenes son sensibles a este signo, aunque no lo expresen. Ven con frecuencia en nosotros a mujeres y hombres que han encontrado una cierta plenitud. No ven el combate que hay detrás, las debilidades, pero lo que perciben es verdad. A nosotros nos toca responder con toda nuestra energía.

Los que nos han sido confiados no están todos llamados a la misma forma de vida, pero deben encontrar en nosotros los elementos esenciales que puedan orientar su existencia en el seguimiento de Cristo”.

 Que cada vez sea más así.