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San Pablo VI y San Romero, más cerca de los pobres que nunca

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Una apuesta clara por los más empobrecidos. Este ha sido el aspecto que más ha destacado el Papa Francisco durante la canonización de Óscar Romero y Pablo VI ante más de 70.000 personas en Roma.

Allí, el Pontífice recordó como “Pablo VI (cuyo pontificado fue de 1963 a 1968), aún en medio de dificultades e incomprensiones, testimonió de una manera apasionada la belleza y la alegría de seguir totalmente a Jesús”.

Del mismo modo se refirió al sacerdote salvadoreño asesinado en 1980: “abandonó la seguridad del mundo para entregar su vida según el Evangelio, cercano a los pobres y a su gente, con el corazón magnetizado por Jesús y sus hermanos”. Precisamente en el país natal de Óscar Romero, miles de personas festejaban esta canonización del que hace años se había convertido ya en “el santo del Pueblo”.

El papa Francisco proclamó también santos a la que es considerada la primera santa boliviana, aunque nacida en Madrid (España), Nazaria Ignacia March; a los italianos Francesco Spinelli, Vincenzo Romano y Nunzio Sulpriziola; y la religiosa alemana María Katharina Kasper.

 

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