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Padre Claret, luz misionera de nuestras obras y apostolados
Hoy celebramos el día de san Antonio María Claret, la fiesta que nos reúne alrededor de nuestro fundador. Así, todas las comunidades de la provincia, junto a los laicos que trabajan mano a mano con nosotros en colegios, colegios mayores, parroquias y nuestra oenegé, Fundación Proclade, festejan con alumnos, colaboradores, universitarios y feligreses nuestro vivir en claretiano.
Así, las parroquias de esta provincia, que día a día se desgastan propagando con ardor apostólico la ternura de Dios y abriendo camino en el corazón de la grey para que Dios sea conocido, amado, alabado y servido, subrayan hoy con brío que es Claret quien nos enseña a caminar como peregrinos de esperanza y artesanos de paz. Así también nos lo recuerda Matthew Vattamattam, nuestro superior general, en su mensaje enviado hoy: “Claret era un hombre que alimentaba las almas. En él, la Eucaristía celebrada y la Palabra proclamada se convirtieron en alimento para el cansado, luz para el confundido, consuelo para el herido y esperanza para el pobre”. Los triduos que culminan con la celebración de este 24 de octubre han ahondado en este ser para generar vida, para vivir en actitud esperanzada. Una esperanza que no es espera meramente pasiva, antes bien, es propuesta de pasar a ser trabajadores, misioneros que no se arredran ante nada.
En nuestros colegios, la fiesta del santo de Sallent coincide felizmente este año con la celebración a la vista del jubileo del mundo educativo. Como recuerda en una reciente entrevista el prefecto general de apostolado, P. Pedro Belderrain, “con una lucidez y flexibilidad impresionantes, hace unos 150 años Claret nos invitó a considerar la educación como un ministerio evangelizador fundamental, algo que quizá él aprendió impactado entre otras cosas por su experiencia cubana”. Así, nuestros siete colegios han organizado talleres y actividades destinadas a que la comunidad educativa aprenda a mirar más de cerca la obra del Padre Claret y los trabajos que desempeñan sus misioneros en la lucha por el Reino. Además, finalizaron la jornada con la invitación a una eucaristía, exhortando a que todos se sientan hijos expresamente amados por Dios, llamados a la salvación y la vida plena, a desplegar en libertad responsable todos los talentos que han recibido. “La educación intenta potenciar ese despliegue, ayudar al niño, al adolescente o al joven a tomarse la vida en serio”, concluye Belderrain.
Por su parte, los colegios mayores organizaron su semana dedicada al Padre Claret, acercándose más al carisma con un programa de actividades que incluye desde celebraciones eucarísticas a un cinefórum o un agradable rato con la comunidad misionera que sostiene la obra de nuestras instituciones para universitarios.
