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Concluye la Fragua 19

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Los Negrales (Madrid), 19 de diciembre de 2013

A punto de terminar la “Fragua residencial” hacemos partícipes a todos los hermanos de Congregación de lo que hemos vivido a lo largo de estos cuatro meses en Los Negrales (Madrid). Los 9 misioneros claretianos provenientes de 6 Organismos distintos (2 de Centroamérica; 1 de Brasil; 2 de Euskal Herría; 1 de Portugal; 2 de Santiago y 1 de Perú-Bolivia), hemos sido acompañados en esta experiencia por el P. Juan Carlos Martos (Secretario General de PV) y el P Ángel Esteban, de la Provincia de Santiago.

Nos es muy grato compartir con nuestros hermanos claretianos algo de lo que hemos vivido intensamente en La Fragua-19, que nos disponemos a clausurar. Hemos sido agraciados, a lo largo de este tiempo, con experiencias fuertes e impactantes; hemos intentado personalizar abundantes temas claretianos, densos y profundos; hemos recibido numerosos testimonios de hermanos y hermanas que han estimulado nuestra vocación misionera y hemos tenido ocasión de compartir nuestra fe mediante celebraciones litúrgicas llenas de unción y de paz.

Los PP. Juan Carlos y Ángel, paciente y sabiamente, han animado día tras día nuestra tarea en este taller del fuego del amor de Dios que quema y ablanda. Nosotros, por nuestra parte, además del calor de ese fuego, hemos percibido golpes de la gracia que intentaban sacar del metal de nuestro ser misionero la forma que Dios quiere: una saeta digna de las manos de  María nuestra madre, la saeta que solo hiere por amor y con amor. Hemos escuchado con fruición a otros hermanos que con sus eruditas aportaciones nos brindaron  infinidad de luces y un gran amor a la Iglesia, al Corazón de María, al P. Claret y a nuestra  Congregación.
 
Pasados los días iniciales de gozosa integración, no faltaron momentos de confrontación con nuestra propia realidad personal bajo la mirada amorosa del Patris mei. Constatamos que nuestro hierro misionero también tenía sus óxidos y deformaciones. Se puso a prueba nuestra capacidad de reacción ante las propuestas que nos ofrecían la Lectio Divina, la liturgia, la Eucaristía, la Reconciliación, el contacto con los hermanos de comunidad, el acompañamiento comunitario… y el trabajo de personalización. Caritas Christi fue para nosotros un tiempo de decisiones, facilitadas por la armonía y la docilidad discipular que ha reinado en nuestro grupo. Hemos superado las raras estridencias que se han podido dar entre nosotros. Todos hemos tratado de poner de nuestra parte el esfuerzo necesario para domesticar nuestro ego y secundar la acción del Espíritu, siempre pronto a liberarnos de toda escoria y formar con nosotros la vida fraterna en comunidad que arde en celo apostólico.

También nos ha sobrevenido, más de una vez, el sentimiento de cansancio, agobio y desánimo, que nos hacía pensar que más valía no complicarse la vida y conformarnos con una plácida mediocridad, como si la santidad no nos cuadrase a nosotros. En esas tentaciones, ha sido el Espíritu Divino, el Espíritu de nuestro Padre y de nuestra Madre, el que suavemente iba imponiendo su dinamismo y volvía a actualizar en nosotros la plena confianza en la voluntad del “Abbá” y el vivo deseo de identificarnos con Cristo, rostro resplandeciente y visible del Padre invisible.

Este Espíritu vibrante que impulsó a Claret y a nuestros hermanos mártires, nos ha hecho vibrar también a nosotros especialmente en los lugares carismáticos y martiriales, donde hemos tenido la impagable oportunidad de revitalizar las raíces de nuestra vocación y de nuestra vida misionera. Estos lugares son Sallent, Segovia, Fussimaña, Barbastro, Sigüenza, Vic y algunos pueblos misionados por Claret, Cervera, Mas Claret, Barcelona, Fontfroide, el Madrid claretiano, El Escorial, Tarragona, Buenafuente de Sistal, BASIDA, Colmenar Viejo,… Como novedad este año hicimos una breve visita a Almudévar, donde  vivimos unos momentos emotivos con los familiares del P. Mariano Avellana, a quien recuerdan con gran devoción.  Todos estos nombres han entrado ya profundamente en nuestra alma. Y seguirán evocando vivencias únicas, inefables, intransferibles.

Los nombres de los fundadores, de los mártires, de un Hno. Bagaría, P. Valcanera, P. Postíus, etc., estimulan en nosotros los mejores deseos de ser claretianos de verdad. Lo mismo podemos decir de los hermanos claretianos que nos han acompañado y nos han hecho sentir el peso de la presencia y acción poderosa del Espíritu en esos lugares a través de Claret, los mártires u otras personas de ayer y de hoy.

Ante estas experiencias ilusionantes, se queda atrás todo sentimiento de indiferencia o de apatía. Nos falta aún mucha tarea, es cierto; pero tenemos muchos hermanos que tiran poderosamente de nosotros hacia delante. ¡Qué hermanos hemos tenido y tenemos! ¡Qué don divino tan inmenso e inmerecido es ser claretiano!

Queda con nosotros la firme esperanza expresada por Pablo: “el Señor que inició en nosotros la buena obra la irá consumando hasta el día de Cristo Jesús.” A Dios no le gusta dejar las cosas a medias. Y es Él el que realiza todas nuestras empresas.

De corazón agradecemos a nuestros superiores y hermanos de nuestras respectivas comunidades esta magnífica oportunidad de formación, única por su duración e intensidad. Nos hemos dedicado con mucho tesón a orar, practicar la Lectio Divina, a acercarnos en profundidad a la Palabra de Dios y comprobar su eficacia, a seguir un camino de acompañamiento espiritual, a tomarnos permanentemente el pulso de nuestra vida espiritual. Quisiéramos que de esta oportunidad de gracia pudieran beneficiarse todos nuestros hermanos claretianos.

Con afecto de hermanos y tras nuestra gozosa experiencia, pedimos para toda la Congregación y para cada uno de sus miembros que a ninguno le falte el don para mantenerse fiel a su vocación hasta el final.

Con afecto, in Corde Matris:
P. Juan Carlos Martos Paredes,  
P. Ángel Esteban González (Coordinadores de Fragua19)

Participantes:
P. Amador García Córdoba (Perú-Bolivia)
P. Carlos Tobes Arrabal (Santiago)
P. Domingos Ferreira Carneiro (Portugal)
P. Francisco M. Fuentes Andrés (Euskal Herría)
P. Fredy Arroyo Trampe (Centroamérica)
Hno. Hely Vaz Diniz (Brasil)
P. Jesús María Ibáñez Rodríguez (Euskal Herría)
P. Juan Emilio Sarmiento Gulle (Santiago)
P. Manuel Enrique Sánchez Castro (Centroamérica)

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