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Cien años de presencia claretiana en Gijón

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Lo primero que la Congregación de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María hicimos en Gijón hace justo cien años no fue fundar el colegio, ni la parroquia. Fuimos llamados para facilitar la atención pastoral en el barrio de El Llano, un barrio obrero que entonces estaba recién construido, donde cientos de trabajadores que allí acabaron residiendo iban llegando de las zonas rurales a una ciudad que comenzaba entonces su expansión industrial.

La petición partió de Dña. Consuelo Cienfuegos, que en 1921 escribía una carta al superior provincial de los Misioneros Claretianos en Segovia. La descendiente de Jovellanos estaba sentando sin saberlo las bases para estos cien años que se cumplen este mes de la presencia de la Congregación. Así, la historia se inicia cuando aquella petición fue atendida rápidamente y cuatro claretianos, al frente de los cuales estaba el P. José Calvo como superior de la pequeña comunidad, tomaron posesión de la casa en la antigua carretera de la Carbonera el 14 de marzo de 1922. Seguidamente, en el año 1924, se asumió la colaboración en la atención a la parroquia de San Lorenzo, encomienda que se prolongó hasta 1942. Con ello, la comunidad original se trasladó hasta el Bulevar de San José -la actual avenida de Pablo Iglesias-, y su trabajo se dividió entre la capilla parroquial de San Lorenzo, en el paseo de Begoña, la capilla de El Llano Alto, las capellanías y la tarea de predicación por los pueblos de Asturias. Entre medias estalló la Guerra Civil Española, y los claretianos, que entonces eran nueve en la comunidad de Asturias, tuvieron que dispersarse con motivo de la contienda. De hecho, el edificio de la comunidad sirvió como sede del Comité de Investigación.

Con el final de la guerra, llegó la fundación del Colegio Corazón de María (CODEMA). El 14 de noviembre de 1938 se inauguró el germen de lo que sería el CODEMA, llamado entonces Colegio Provisional. En 1939 tenía 110 alumnos matriculados. Hoy, más de 1500. Además, en el año 1966, con las obras de ampliación del CODEMA recién inauguradas, el arzobispo Tarancón convirtió la iglesia del colegio en parroquia. También desde 1945, los claretianos tenemos encomendado el cuidado del Santuario de Nuestra Señora de Contrueces, patrona histórica de Gijón. “Hay mucho que agradecer por todos estos años”, admite Simón Cortina, religioso claretiano al frente del centro escolar, en declaraciones hechas a la prensa local durante estos días de celebración. Para el también presidente de CONFER diocesana de Oviedo, “como misioneros hemos procurado estar muy vinculados a la realidad local y a sus necesidades”. Por ello, “aunque la evolución de la presencia de los claretianos ha cambiado mucho con el paso de los años, el carácter misionero con el que llegamos hace un siglo sigue intacto”, sostiene.

Para celebrar el siglo de impronta claretiana en Gijón, la Congregación tiene en mente una serie de actividades que prolongarán durante la primavera los festejos de esta importante efeméride. Así, si todo va según lo previsto, el próximo 25 de mayo, en la parroquia del colegio, el arzobispo de Oviedo, Fr. Jesús Sanz Montes, presidirá una misa especial para conmemorar la ocasión. Pocos días antes, el 4 de mayo, el cardenal Aquilino Bocos hará lo propio, además de tener un encuentro formativo con el personal del centro escolar.

 

 

 

 

 

 

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