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TALLER SOBRE MISIÓN COMPARTIDA
Guatemala, del 10 al 17 de Octubre de 2005 Comunicado a la Congregación de Misioneros Claretianos y a la Familia Claretiana
Hemos sido convocados a este Taller con el fin de continuar la reflexión sobre la Misión Compartida como nuestro modo normal de misión y así dar respuesta a lo que el XXIII Capítulo General (n. 66.2) propuso a la Congregación en esta línea. Con ello queremos ser fieles a la herencia de nuestro Padre Fundador que nos invitó a hacer con otros.
Participamos en este Taller: Vicente Sanz, Prefecto General de Apostolado, Ruth Cárdenas, seglar de Colombia Occidental, Antonio Santillán de Argentina, Manuel Sánchez y Luis Gonzalo Mateo de Centroamérica, Aquilino Bocos de Madrid, Anistus Onuoha de Nigeria-Haití, Pedro Cabrera de Bética, Manuel Tamargo de la Confederación de Iberia, Arnold Abelardo de Filipinas-USA West y Alejandro Quezada de México. Nos hemos reunido en Guatemala, país de la multiculturalidad, donde los pueblos indígenas nos regalan su propia experiencia de vida compartida; y nos hemos sentido interpelados por el dolor de tanta gente a cuyo sufrimiento continuo se ha sumado, en estos días, el horror causado por la fuerza de la naturaleza. Además hemos contado con los aportes y reflexiones de otras personas acerca de lo que implica la Misión Compartida.
Durante ocho días hemos analizado la realidad que más nos interpela en este mundo globalizado- amenazado y la situación de la Iglesia y la Congregación, especialmente en lo que se refiere a la misión compartida, procurando escuchar los signos de los tiempos y lugares. Hemos constatado que la misión compartida tiene aspectos de alcance antropológico y que debe estar fundada en un modelo teológico de comunión que encuentra en la Trinidad su fuente primigenia. Han sido inspiradores también la memoria de Claret y su proyecto evangelizador en misión compartida para el servicio misionero de la Palabra.
La misión compartida es inseparable de una espiritualidad que, entre otros rasgos, se fundamenta en la comunión, reciprocidad, comunicación y confianza al estilo de la comunidad de Jesús con sus discípulos.
Con el concepto de pueblo de Dios al servicio del Reino, se ensancha el alcance de la misión compartida y por ello proponemos diversos ámbitos en los que este modo de vida y misión se puede realizar hoy, no sólo en los aspectos intraeclesiales y congregacionales, sino en todo lo que tenga que ver con la defensa de la vida en el ámbito global, ecuménico e interreligioso.
En orden a que este gran proyecto evangelizador sea posible en cada Organismo de la Congregación, se proponen algunos dinamismos que faciliten la misión compartida: itinerarios formativos iniciales y permanentes y un estilo de gobierno y de economía capaz de llevar adelante este estilo de misión.
Sin negar las dificultades concretas que la misión compartida acarrea, estamos convencidos de que este modo de ser y de hacer está en la base del seguimiento de Cristo y forma parte esencial de nuestro carisma para la construcción del Reino.
Dada la importancia del tema, creemos oportuno ofrecer en el comienzo del 2006 un documento con su respectiva guía de trabajo para facilitar la comprensión y la puesta en práctica de la misión compartida en toda la Congregación.
Agradecemos la hospitalidad de la Provincia de Centroamérica y en concreto de esta Casa Noviciado en Guatemala. Esperamos que este esfuerzo redunde en beneficio de la vocación y misión de los misioneros claretianos y de cada hombre y mujer que, de modos diversos, están en comunión con nuestra Congregación (CC. 7).
Guatemala, 18 de Octubre de 2005
Fiesta de San Lucas, Evangelista