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La Vida Consagrada ante el Sínodo sobre los jóvenes
La vigesimocuarta Asamblea General de la CONFER, celebrada en Madrid los días 13, 14 y 15 de noviembre, ha querido poner la riqueza de la Vida Consagrada, con toda la diversidad de sus carismas, familias y apostolados, a reflexionar sobre la realidad de los jóvenes, contribuyendo así al próximo Sínodo de los Obispos, convocado bajo el lema “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”.
Temas como el de la pastoral juvenil vocacional han sido examinados desde diversos prismas y en diferentes momentos, sin dejar de tener presente al mismo tiempo cómo viven y qué necesidades urgen entre los jóvenes ya consagrados.
Como en ocasiones anteriores, el encuentro ha incluido momentos cuidados de oración y celebración litúrgica, ponencias y mesas redondas, y sesiones informativas o de organización.
Entre los cuatro ponentes ha estado el Adrián de Prado Postigo, CMF, cuya intervención profunda, valiente y muy bien preparada, suscitó muchos elogios de los asistentes.
Como viene siendo habitual, la presencia de los pastores de la Iglesia en la Asamblea ha sido numerosa. Las eucaristías fueron presididas por el Nuncio Mons. Renzo Fratini, por Mons. Jesús Catalá, presidente de la comisión episcopal para la Vida Consagrada y también por Fray José Rodríguez Carballo, arzobispo secretario de la Congregación vaticana para la Vida Consagrada. El P. Luis Ángel de las Heras, obispo de Mondoñedo-Ferrol, se hizo presente en diversos momentos de los tres días. Por su parte, el Cardenal Carlos Osoro compartió la última mañana con los participantes, a los que en diversos momentos acompañaron también los obispos de Santander y Tarazona.
El equipo directivo de CONFER rindió cuentas de la vida de la Conferencia durante el último año, agradeciendo en diversas ocasiones la dedicación de quienes animan y sostienen la vida de las conferencias regionales y diocesanas, en las que hay implicados varios Claretianos de Santiago en muy diversos lugares (Galicia, Asturias, Castilla y León, Castilla La Mancha, Madrid, Valencia…). Las memorias constatan también la colaboración de los PP. Ángel de la Parte, Teodoro Bahillo y Óscar Romano con diversos servicios de la sede central. A ellos se unirá a partir de ahora el P. Pedro Belderrain, superior provincial, elegido para formar parte del Consejo General de CONFER, órgano de gobierno de la conferencia formado por quince personas, entre las que se encuentra también Maite Garitagoitia, superiora provincial de las Claretianas de Europa.
Los superiores mayores eligieron también como vicepresidente de la Conferencia al Provincial de los Dominicos, Fray Jesús Díaz Sariego, OP.
La Asamblea ha contado con la participación de la superiora general de las Misioneras de la Institución Claretiana, la provincial de las Misioneras Claretianas y los provinciales claretianos de Bética, Cataluña y Santiago. Publicaciones Claretianas, como también es habitual, se ha hecho presente en los pasillos durante todo el encuentro.
CONFER, animando y aunando
CONFER agrupa a un sector bien importante de la vida consagrada española, formado en este momento por más de 41.000 miembros de institutos de vida consagrada y sociedades de vida apostólica: más de 31.000 mujeres y casi 10.000 varones. De los 41.000, 1.287 están en formación inicial. Las congregaciones presentes en CONFER son 406: 298 femeninas y 108 masculinas.
CONFER nació en 1953. Hasta hace prácticamente 25 años las conferencias de religiosos y religiosas funcionaban como instituciones independientes, aunque relacionadas. Desde 1994 la Conferencia agrupa a consagrados y consagradas y funciona tanto nacional como regional y diocesanamente, animando y aunando a la vida consagrada española, y enriqueciendo mucho a las diversas iglesias particulares.
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Adrián de Prado, cmf: “Escribamos en nuestra carne una verdadera biografía religiosa”
El joven teólogo y filólogo, P. Adrián de Prado, cmf (Segovia, 1986) fue invitado por la Asamblea General de CONFER en la mañana del martes para ofrecer una conferencia en la que, sin olvidar los interrogantes propios de un joven de su edad, pudiera hacer balance de sus años como consagrado. Las expectativas iniciales fueron ampliamente superadas en una charla de poco más de una hora en la que el religioso claretiano fue deshilvanando experiencias, nombres propios y descubrimientos formulados al amparo del interrogante evangélico ‘¿Qué buscáis?’
“Pareciera que la vida consagrada sintiera la urgencia de lanzar a los jóvenes esta pregunta”, comenzó diciendo. “Pero yo ahora pregunto ¿no estamos demasiado afanados en ocupar nuevos espacios, corriendo atolondradamente detrás de los demás?” Este ‘estar’ desde donde la Vida Religiosa se ubica respecto a los jóvenes, es ya de por sí un poderoso estímulo que obliga a pensar y repensarse, pero que también trae consigo un ‘cómo estar’- “Escribamos en nuestra carne una verdadera biografía religiosa”-, y un ‘qué decir’: “Debemos perder el miedo de nombrar al Señor cuando su presencia se desdibuja de los afectos de nuestros jóvenes. Además, creo que aquellos que tenemos a nuestro lado esperan que les hablemos bien de Dios”.
Ya en la segunda parte de su charla, Adrián de Prado procuró hacer ver cómo en medio del intenso deseo que tiene la vida consagrada por transmitir la Buena Nueva a los jóvenes, se corre el riesgo de desplazar la centralidad de nuestra ocupación y causa de nuestra Misión, que es Cristo mismo. “A veces nos asalta la tentación de volver el dedo hacia nuestras comunidades, de indicarnos a nosotros mismos como camino, como ejemplo o como posibilidad de vida, y creemos equivocadamente que cuanto mejores seamos, más vocaciones vendrán. ¿No somos en estos casos un tanto ingenuos y pretenciosos?”, exhortó.
Y para finalizar, arengó con unas preciosas palabras: “los religiosos seguimos siendo urgidos y ungidos por el Espíritu para ejercer de acicates decididos con respecto a su fe. Tenemos que poder decirles, incluso encarcelados: hermanos, id y lo veréis”.
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Mons. Rodríguez Carballo: “¿Está despierta la vida religiosa o estamos demasiado resignados?”
“Seamos claros con los diagnósticos: los jóvenes y la Vida Consagrada estamos transitando caminos paralelos. Nos alejamos de ellos. Les proponemos un camino de fe que no terminan de comprender”. Fueron las duras palabras del franciscano José Rodríguez Carballo, secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA). Y lo hizo en la conferencia que clausuraba la XXIV Asamblea General de la Confederación española de religiosos, frente los Superiores Mayores que se congregaron para escucharle. Además, entre los asistentes se encontraban los obispos Luis Ángel de las Heras, Eusebio Hernández Sola y el Cardenal Carlos Osoro.
Tras una primera parte basada en el análisis de esta generación de jóvenes que nos interpela –“seguro que no vengo a descubriros nada que no sepáis ya”, bromeaba al comienzo–, pidió a los institutos religiosos nuevos bríos. “Tenemos que empezar a pasar de la teoría a la práctica”. Para el religioso gallego, ‘número dos’ del dicasterio vaticano, “antes de presentar la vocación religiosa, hemos de presentar la vida como vocación”. Pero ante una juventud cerrada en sí misma y que niega la trascendencia, una juventud a la que él mismo denominó ‘generación selfie’, “nos falta la valentía para hacerlo”. La causa más grave de ello, – “la enfermedad”, puntualizó–, es la resignación. “¿Está despierta la vida religiosa o estamos demasiado resignados? Porque nosotros, los consagrados, no podemos renunciar a la dimensión profética”, denunciaba. Pero, en concreto, ¿profetas de qué? “Profetas de la alegría, y no religiosos con cara de funeral”.
Pese a todo, el arzobispo español compelió a los religiosos españoles a “no tirar la toalla, sino a lanzar las redes” y desde la audacia evangélica, ponerse manos a la obra. Tanto en su conferencia como en la celebración eucarística que presidió a continuación, Fray José manifestó estar convencido de que la vida religiosa aún tiene muchas páginas que escribir en la historia de Europa. Ni en España ni en resto del continente se han acabado las vocaciones a la vida consagrada: “Que nadie nos robe la capacidad de profetizar y de soñar, y la alegría de seguir a Jesucristo y de proponerlo a los demás como camino, verdad y vida”.