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A las 7 de la tarde... (en San Petersburgo)
Se cumplían dos años desde que, en este mismo día 11 de febrero, se abriera una página nueva para la Congregación: dos jóvenes rusos hacían su primera profesión. No eran los primeros rusos, ya que el P. Masim Popov había profesado años antes en Polonia. Pero eran los primeros en hacerlo en la propia Rusia, en la Catedral de la Asunción de Nª Señora de San Petersburgo. Fueron Andrei N. Andreichenko y Víctor N. Yashin.
De nuevo se repetía, o más bien continuaba, la historia claretiana en Rusia.
Eran las 7 en punto de la tarde... O quizá un poco después, porque a última hora como suele suceder, llegó alguno que no se quería perder la celebración. El caso es que en este día 11 de febrero, cuando la Iglesia recuerda a Nuestra Señora de Lourdes, y los Claretianos recordamos la aprobación de nuestras Constituciones, en la iglesia de la Asunción de nuestra Señora, en San Petersburgo, el novicio Alexei Petrovich Snikhovski hizo sus primeros votos.
De la familia del profesando asistieron su madre y un tío, llegados respectivamente desde Kansk (Siberia), su pueblo natal, y desde Moscú. También se hicieron presentes representantes de diversas Órdenes y Congregaciones, amigos de la Comunidad y fieles de esa parroquia. Desde Murmansk no se quisieron perder el evento Juan E. Sarmiento y Josef Biberacher.
La temperatura en la calle, agradable (este invierno no está siendo demasiado frío), unos 2 grados bajo cero. En la iglesia, sin embargo, algo de fresquito sí se notaba. Pero había mucho calor, de ése que da el Espíritu. Por aquello del idioma, presidió la celebración el P. Mariano J. Sedano, superior local, aunque los votos los recibió el P. Provincial de Castilla, Miguel Ángel Velasco. Conforme a las costumbres de este país, y siguiendo las rúbricas de nuestro Ritual de la Profesión, tras la presentación del candidato y la prédica, llegó el momento de la profesión. Alexei (Liosha para los amigos) leyó la fórmula de la profesión, se le entregó la sotana y luego las Constituciones. Todo como mandan los cánones. Abrazo de acogida, y siguió la Misa. Al final de la misma, hubo unción de enfermos.
En un salón adyacente, compartimos un refresco, algo de comer y la alegría que supone tener un nuevo profeso en la congregación. Un tiempo en Krasnoyarsk (Siberia), dos años en San Petersburgo y otros dos en España han llevado a Liosha a este momento. Ya queda menos para la Perpetua. Seguiremos informando.