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Las delegaciones de Proclade celebran un fin de semana de encuentro en Colmenar Viejo



Desde la tarde del primer viernes de octubre hasta ayer, domingo 5, la Fundación Proclade celebró en nuestra casa de Colmenar Viejo su Encuentro de Delegaciones. Un momento de reunión y fraternidad en el que sus diferentes miembros y voluntarios pudieron compartir experiencias, inquietudes y sobre todo, muchas ganas de seguir trabajando por la paz, la justicia y el desarrollo sostenible. Este año, los más de treinta miembros presentes, entre claretianos y laicos, profundizaron en la búsqueda de caminos que sigan incidiendo en la construcción de una sociedad más justa y solidaria a nivel local y global, sin olvidar cómo todos -y todo- estamos interconectados.
De tal modo, comenzó el sábado Dña. Marta Iglesias, profesora en dos universidades y presidenta de la ONG Asociación para la Solidaridad, que inauguró la mañana con una charla cargada de esperanza. “Estamos asistiendo a deshumanización, y todo esto se produce porque podemos llegar a pensar que nuestros prójimos pueden no ser personas”, afirmó tajantemente dando comienzo así a su conferencia, magistralmente expuesta, que llevaba por título ‘Narrativas para la esperanza’. Una charla que giró en torno a la cosificación de las personas y a los nuevos relatos de odio basados en noticias falsas y generalizaciones partidistas. “En el momento en el que cosificamos, quitamos derechos más elementales a nuestros hermanos”, exhortó.
A renglón seguido, intervino el misionero Juan Carlos Rodríguez que ofreció su experiencia misionera al frente de su labor en el Cantón de Zúrich. El claretiano inició su ponencia en clave personal, dando cuenta de las fuentes donde cultivar el apasionamiento que le impulsa a la misión, pues “sin pasión no hay misión”, expuso. “Los silencios frente a Él, la oración y la Eucaristía, pero también en los gritos de las necesidades de las personas que continuamente llegan a la sede de la Misión han sido para mí un despertador de mi conciencia y un recordatorio de la razón por el que tiene sentido nuestra presencia”, afirmó. Gritos de soledad, de pobreza, de abuso, o de marginación en todas las modalidades e intensidades del dolor y del desconcierto. “Cuando la lucha es auténtica, se afina mejor el oído”, se sinceraba.
El inicio de la tarde del sábado se desarrolló en torno al compartir buenas prácticas entre las delegaciones. Al día siguiente, domingo, el encuentro expuso diversas informaciones entregando la memoria de nuestra oenegé y exponiendo las últimas novedades del Equipo PUCH (Personas Unidas Contra el Hambre). A continuación, nuestro superior mayor, el P. Adolfo Lamata, presidió la eucaristía.
En síntesis, el encuentro resultó ser tan bueno como se esperaba, pues se pudo poner en común experiencias, tiempo, retos y dificultades, pero, sobre todo, mucho ánimo y aliento para seguir trabajando, cada uno desde su posición, por la justica, la paz y el desarrollo de todos los pueblos.