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Peregrinación a Taizé… mejor vivirlo
Taizé… esa colina en el este de Francia en la que el Hermano Roger comenzó, hace 75 años, una aventura. Taizé, donde cada semana se reúnen jóvenes de muchos países. Allí fuimos este verano un grupo de 33 peregrinos de diversas posiciones pastorales de la Provincia de Santiago y de la pastoral Vedruna. Salimos de Madrid, para dormir en Narbona, visitando Fontfroide, el lugar donde murió el P. Claret. Y después de la semana en Taizé, intensa, volvimos por Vic, lugar donde el P. Claret fundó la congregación de los Misioneros Claretianos.
Uno de los peregrinos nos cuenta algo de lo vivido:
“La verdad que es una de la experiencia en las que no puedes explicar qué es... Es muy difícil, y sé que mucha gente que ha ido también os lo dirá. Os aseguro que es muy difícil de explicarlo.
Por eso no hablaré de Taizé: es mejor vivirlo que contarlo y a veces es mejor no contar nada y llevarte la sorpresa. Hablaré de mi experiencia en Taizé.
En mi caso, en 2015 fue mi segunda estancia en Taizé en dos años seguidos, así que como me decían mis compañeros de viaje, si repetía sería por algo. El hecho de que algo me llamara a volver es que para mí es el mejor lugar para hablar con Dios. Descubriréis que aunque cantes mal o bien, al final todas la voces suenan genial. Más aún, suena una sola voz, que es Dios. Yo creo que ese es uno de los secretos de Taizé: la facilidad que vas a tener de hablar con Él. No importa si es en la oración o en tu trabajillo, o por la noche: hablarás con Él.
Otro secreto que creo que tiene es la gente. No es el hecho de que vayas a la zona de convivir (Oyak) o te lleves bien con una o con otra. El motivo es que conocerás un montón de historias un montón de vidas donde aprenderás y te ayudarán a cambiar o fortalecerte. Y si habéis aprovechado la experiencia, os quedaréis con ganas de volver a descubrir lo que tiene Taizé.
Por ahora yo volveré a mi casa, pero dentro de un tiempo ojalá os pueda dar la bienvenida a “mi casa”. La más importante: no tengáis miedo a descubrir lo que hay en Taizé. “Nada te turbe, nada te espante solo Dios basta”.
Raúl Santiago Prieto (Zamora)