P. Alberto Elpuente García

* Nació en Barcelona el 17 de noviembre de 1935.
* Primera profesión en Vic el 16 de julio de 1953.
* Ordenado Sacerdote en Zaragoza el 21 de diciembre de 1963.
* Ha fallecido en Valencia el 2 de febrero de 2013.

Hacia las 23:30 horas del día que la Iglesia dedica a celebrar el don de la vida consagrada, el P. Alberto -tras casi 60 años de consagración religiosa- entregaba su alma al Señor.

Nacido en Barcelona, bautizado y confirmado en su Catedral, Alberto perdió padre y madre siendo un niño y cuando a los once años llamó a las puertas de la Congregación Claretiana ya se encontraba al cuidado de una tía. El 5 de julio de 1947 ingresa en el Postulantado de Cervera, ciudad en la que once años antes tantos claretianos habían entregado su vida por la fe. Allí realiza tres años de estudios que se completan con otros dos cursos en Barbastro. El testimonio de los Mártires le sigue acompañando de cerca.

El curso 1952-1953, con el P. Felipe Calvo como Maestro, hace la experiencia del noviciado. Emite su primera profesión religiosa el 16 de julio de 1953; cuatro años después, el 15 de agosto, hará su profesión perpetua.

Los archivos provinciales recogen algunos datos de su formación que afortunadamente aún podrán aclarar los compañeros de curso que le sobreviven. Tras cursar en Solsona los estudios de Filosofía de 1953 a 1956, Alberto es destinado al Postulantado de Cervera, donde sirve como profesor y ayudante del prefecto. El colegio acogía entonces a más de ochenta postulantes. Los boletines provinciales dan a entender que un par de cursos después se le vuelve a destinar para el mismo servicio, interrumpiendo los estudios teológicos que comenzó en Valls y terminó en Salamanca. Entre sus formadores de esos años están los PP. Briongos, Labastida y Juberías. El 21 de diciembre de 1963, a las puertas de la Navidad, Mons. Casimiro Morcillo le ordena sacerdote en Zaragoza. El P. Alberto habría celebrado este año sus bodas de oro sacerdotales.

Según el Archivo Provincial, una vez ordenado el P. Alberto sólo ha estado destinado en cuatro comunidades: Alagón, Játiva, Calatayud y Valencia-Benimaclet, siendo todo un testimonio de cómo la educación -lo que se hace en el aula pero también (¡y mucho!) lo que se hace fuera de ella- es un espacio privilegiado para vivir la vocación evangelizadora claretiana. Como profesor, tutor, implicado cuando ha sido necesario en la gestión del centro, impulsor inagotable del deporte como espacio de crecimiento y encuentro con Dios y con los demás, el P. Alberto se ha dedicado a estos servicios misioneros cincuenta años: de 1963 a 1965 en Alagón; de 1965 a 1971 en Játiva; de 1971 a 1974 en Calatayud y desde entonces en el Colegio Claret Valencia Benimaclet. Vicario de esta última comunidad trienio tras trienio, los hermanos le eligieron superior local en 2004; como tal vivió la etapa de confederación de las provincias de Aragón, Castilla y León y participó en el I Capítulo de la Provincia Claretiana de Santiago.

Testigos de su adolescencia y juventud aluden ya a la incomodidad que le producía estar ‘en primera fila’; su vida ha sido todo un ejemplo de hondura y servicio discreto. Sólo cabe lamentar que quizá ese pudor y su gran respeto por las personas hayan privado a muchos de los que le han admirado y tratado de descubrir su profunda experiencia evangélica, la honda experiencia de Dios que explicaba su sonrisa, su servicialidad, su preocupación por el bien de los otros, sobre todo por sus hermanos de comunidad, los alumnos, sus familias, el personal del centro, las religiosas a las que ha servido tantos años como capellán, y toda la familia deportiva que se mueve en torno al Colegio Claret, a cuyo patio su figura queda unida para siempre. Quiera el Corazón de María, a la que tan profundamente amó, ayudar a abrirle las puertas del cielo.