El sacerdote claretiano Fernando Prado Ayuso, nacido en Bilbao hace 53 años, ha sido nombrado por el papa Francisco nuevo obispo de San Sebastián, responsabilidad que afronta “contento y sereno”, motivado y bien consciente de que “estamos en un momento muy interesante en la Iglesia”. Así lo ha afirmado en la comparecencia ante los medios de comunicación anteayer, miércoles, en la que hasta ahora ha venido siendo su casa, en la madrileña calle de Buen Suceso, desde hace más de veinte años. “Seré el mismo, pero ahora seré obispo”, añadió. “No podré dejar de ser el mismo padre Fernando, con mis límites y mis pecados, pero ahora me han llamado a serlo en la diócesis guipuzcoana y desde allí haré lo que pueda …y lo que me dejen”.
El nombramiento a esta encomienda tuvo lugar el pasado 17 de octubre, según explicó el mismo obispo electo, y a ella tardó “unas horas en contestar”, aunque aceptó el cargo “con no poca sensación de vértigo, pero lleno de confianza”. “Tengo la confianza de que todo va a ir muy bien. Hoy la situación de la diócesis es totalmente diferente a la de algunos años atrás, y yo he tenido la suerte de poder conocer esta tierra desde hace años”. Así, “entre todos iremos todos construyendo la Iglesia en Gipuzkoa”; y parafraseando a san Juan Pablo II, añadió que “tenemos que mirar al pasado con gratitud, pero también con benevolencia; al presente con pasión y al futuro con esperanza”.
Tiempos de sinodalidad
Interpelado por las preguntas de sus compañeros periodistas, el misionero continuó mostrando cómo se siente, y lo que este nombramiento significa para él. “La ayuda de Dios la tengo, pero me falta la ayuda de los hermanos, de la gente” y es que “por el hecho de que todos seamos discípulos misioneros, la misión del gobierno de la Iglesia es de todos. Hoy, que hablamos de sinodalidad, no se entendería que el obispo tomara decisiones unilateralmente”.
“Mi vida va a cambiar mucho”, confesó. “Viviré con gente cerca, porque yo necesito estar en contacto con la gente, pero echaré mucho de menos mi vida en comunidad claretiana”, finalizó. Con todo, el P. Prado, “abrumado por esta inmerecida confianza”, se pondrá al frente de la diócesis este próximo 17 de diciembre y será consagrado obispo por su hermano de comunidad Card. Aquilino Bocos.
In corde matris
Para concluir, el claretiano desveló la elección de su lema episcopal. “In corde matris, que es una frase muy claretiana, pues así firmamos las cartas los misioneros en mi Congregación antes de despedirnos”, explicó. “Y es que deseo ofrecer así el Evangelio, mirando a la gente como una madre mira a sus hijos para darles lo mejor que tiene”. Para el obispo electo, “lo que caracteriza a María es su corazón, y yo creo que la Iglesia es madre, fundamentalmente una madre”.
A continuación, os dejamos seis pequeños vídeos que expresan los sentimientos del P. Prado ante este nuevo desafío misionero que la Iglesia le propone:
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