JULIO CÉSAR RIOJA | En estos días de encierro forzado, el cual nos conduce con más intensidad a la reflexión, al silencio y a la oración, son muchos los hermanos que para animarnos, nos mandan oraciones, celebraciones, videos… a través del móvil. Otros graban sus eucaristías, (de agradecer para los fieles y para muchos mayores que en estos momentos, ven todavía más acrecentada su soledad). Todo esto está muy bien.

Pero es preciso no olvidar que esta crisis sanitaria, es también una crisis socioeconómica. Es objetivo decir, que además de salir, en acto consciente y solidario para aplaudir desde nuestras ventanas, también hemos empezado a tomar conciencia, casi todos, de la defensa a ultranza de lo público. Son aquellos, los cuales sufrieron los recortes de la crisis anterior, los que están en la vanguardia de la lucha contra el virus, entre ellos y con una labor impecable todos los sanitarios. Y no hablemos de las consecuencias que esto va a suponer en el sector laboral.

Ideas aparte; creo que además de los esfuerzos en atender a los más vulnerables desde Cáritas, visitas, acompañamiento a los mayores y permanecer solidarios y atentos a sus necesidades más básicas, podríamos hacer un gesto como Provincia que consistiría en lo siguiente:

Ya que en este tiempo los gastos en cuestión de viajes (avión, tren, AVE, autobuses, coche, metro), reparaciones de coches, gastos de representación…no se van a llevar a cabo, por cuestiones obvias, todo lo que en nuestros presupuestos estaba dirigido a estos conceptos y durante lo que dure la pandemia, lo entregaríamos a la sanidad pública para la compra de equipos, mascarillas o lo que consideren oportuno.

Los ecónomos seguro que sabrán concretar esto. Es un símbolo que nos recuerda, que aunque hemos cerrado nuestras parroquias, colegios y demás actividades, estamos con la gente en la oración, en la solidaridad y necesidad concreta. Que aún, en estos momentos, somos una Iglesia y Provincia “en salida”.

Un abrazo en el corazón de la Madre y cuidaros.