Se encuentra usted aquí

Parroquia Corazón de María de Oviedo: 50 años cultivando el arte de la cercanía

Versión para impresiónEnviar por emailVersión PDF

Cincuenta años caminando juntos en la fe, desplegada en torno al templo del Inmaculado Corazón de María en Oviedo, merecen un alto en el camino para tomar nuevo aliento y hacer memoria agradecida de tantos y tan buenos frutos de apostolado. Ha sido el trabajo abnegado durante estos cincuenta años de cada claretiano y de cada laico en misión compartida el que ha dotado a esta parroquia ovetense de múltiples iniciativas de formación, de catequesis y de acción caritativa. Todas ellas siguen demostrando su vigor en la multiplicación de tanta vida día a día, y así ha sido reconocido por cada uno de los pastores que han caminado junto a esta comunidad, empezando por Mons. Vicente Enrique y Tarancón, que tuvo la idea de asignar una parroquia a los claretianos cuando era arzobispo de Oviedo, hasta Mons. Jesús Sanz Montes, que ha dirigido un mensaje a la comunidad parroquial con motivo de este aniversario.

Pero unirse a este agradecimiento en medio de la crisis del COVID-19 obliga a amoldar las celebraciones del cincuentenario a las circunstancias que la prudencia exija para evitar la propagación del virus. La comunidad de religiosos que atiende la parroquia, formada por seis claretianos, hubiera querido poner en marcha una serie de actividades y festejos por los muchos misioneros que han servido en este templo, y aún más, por aquellos que lo hicieron desde que llegase la Congregación a Asturias, hace casi cien años. Desafortunadamente, “sucede que la parroquia se encuentra en un punto muy céntrico de la ciudad, con gran trasiego de gente, y en un barrio de vecinos de edad normalmente muy avanzada. No podemos hacer una llamada que congregue a muchas personas a participar de un gran evento, así que hemos decidido optar por muchos, pero pequeños”, explica el párroco Miguel Ángel Niño. De tal modo, estas celebraciones jalonadas a lo largo de este curso darán comienzo este próximo 24 de octubre, fiesta del Padre Claret –y memoria del 150º aniversario de su muerte– que contará además con la tradicional actuación del coro Vetusta, y finalizarán el día del Corazón de María, en junio del 2021. “Sí podemos adelantar que acaba de confirmar el arzobispo su presencia este próximo 11 de noviembre, cuando la parroquia celebrará las confirmaciones que no pudieron tener lugar en pasado mes de mayo. Ese día, por ejemplo, tendremos algún guiño a nuestras bodas de oro en presencia de nuestro pastor”, explica Niño.

“Ahora lo que nos preocupa es estar cada vez más cerca de la gente”, comenta el párroco. “Porque ese es el fondo de la cuestión de estos cincuenta años: reforzar nuestro carisma, el de ser misioneros para el mundo”. Por ello, en diálogo constante con médicos y especialistas –algunos de ellos, parroquianos– han comenzado la reapertura de sus actividades. “Por lo menos las referentes al catecumenado y al despacho de Cáritas. Hay otras donde hemos de ser más cautelosos y no podemos empezar, por ejemplo, la Archicofradía del Corazón de María o aquellas otras donde se muevan personas mayores de setenta años”, apostilla el misionero.

Por otra parte, a principios de este mes de octubre, en una carta abierta de la parroquia a todos aquellos que viven y celebran su fe allí, el Equipo Sacerdotal con Miguel Ángel Niño a la cabeza, se preguntaba qué itinerarios transitar en el presente curso pastoral tan incierto que nos toca vivir. A renglón seguido, tras desgajar los objetivos propuestos por la Delegación Diocesana, la parroquia claretiana hace referencia a la última Instrucción dada por la Congregación del Clero. En ella se urge, en continuidad con el Magisterio de Francisco, a la conversión pastoral en sentido misionero. “Y en ello estamos trabajando, en buscar un tipo de comunidad parroquial capaz de salir de sí misma, donde se sepa ofrecer herramientas para una reforma orientada al mejor anuncio del Evangelio a nuestras gentes. En resumidas cuentas, queremos mejorar nuestra parroquia para llegar a ser una casa en medio de las casas, un signo vivo de la cercanía de Jesús”, explica Niño.

También cabría añadir, en el marco de celebración de estos cincuenta años de vida, que la parroquia ha querido tener un pequeño detalle con sus fieles, y por ello ha confeccionado un cuadernillo, grapado y a todo color, que incluye la historia de la parroquia, fotografías de estos últimos años, cartas de sus pastores y de los misioneros Pedro Belderrain, Superior Mayor de la Provincia de Santiago, y José Blanco, párroco estos últimos años. A este obsequio habrá de unírsele una medalla del Corazón de María que están terminando de ultimar.

Categoría: