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Reconociendo fidelidad como don y perseverancia como alegría

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“La única fidelidad posible hoy es la fidelidad creativa”, advirtió el Prepósito General de los jesuitas y presidente de la Unión de Superiores Generales (USG), el P. Arturo Sosa. Con otras palabras lo dio también a entender Emili Turú, secretario general de la USG: “Ser fiel al carisma no significa tener que reproducir lo que hicieron en otras épocas los fundadores de órdenes y congregaciones”. Antes bien, “los miembros de institutos religiosos están llamados a vivir su consagración pensando en la realidad en que se hallan insertos, transpirando el Evangelio y mostrándose abiertos al entorno”, completó Mariña Ríos, presidenta de la Confederación de Religiosos Españoles (CONFER). Jolanta Kafka, religiosa claretiana y presidenta de la Unión de Superioras Generales (UISG) expresó la misma idea desde un enfoque parecido: “Aunque la fidelidad arranque del pasado y de la memoria, nos lanza al futuro y nos hace continuar en el presente”.  El motivo por el que estas cuatro primeras espadas de la vida consagrada actual abrieran un espacio en internet para reflexionar sobre la fidelidad y el abandono en órdenes y congregaciones responde a la presentación telemática del último documento de la Congregación vaticana para la vida consagrada (CIVCSVA) editado y puesto ya a la venta por la editorial Publicaciones Claretianas.

Unas orientaciones que llevan por título “El don de la fidelidad. La alegría de la perseverancia”, y que responden a las conclusiones que tuvieron lugar tras la celebración de la Asamblea Plenaria de la CIVCSVA en enero del 2017. En ellas, tal y como explicó el misionero Fernando Prado, director editorial de Publicaciones Claretianas, el Santo Padre dejó a un lado su discurso oficial para mostrar su preocupación por “la hemorragia vocacional de tantos consagrados, que afectan a sus institutos y a toda la vida de la Iglesia”. El religioso marista Emili Turú lo recuerda bien, pues él estuvo presente en aquel momento y por ello fue el encargado de abrir hoy esta presentación ofreciendo una visión global del contexto que terminó por dar a luz este documento. “La realidad de los abandonos suman un total de tres mil por año, o sea, tres de cada mil consagrados en el mundo, y son parte de una crisis más amplia que está generalizada en toda la Iglesia. Por tanto, si la vida religiosa está en crisis es porque lo está la Iglesia, y en último término, la sociedad global. Quizá aún no somos conscientes de que estamos en un cambio de época y no solo en una época de cambios”, reconoció. Por su parte, Jolanta Kafka quiso ofrecer su reflexión a la lectura de este importante documento desde el punto de vista de la formación: “La formación hoy día ha de ser personalizada, y esta no se puede llevar a cabo sin un serio acompañamiento, no solo en las primeras etapas, si no dinámicamente, a lo largo de toda la vida”. Para la religiosa polaca, “la fidelidad es un puzzle y con la perspectiva del tiempo mostrará armónicamente las distintas etapas por las que haya pasado la vocación de un consagrado”.

Seguidamente, el jesuita Arturo Sosa quiso poner el foco en una vida religiosa en diálogo con la sociedad, pues aunque existen denominadores comunes en casi todos los abandonos (como por ejemplo la falta de oración y vida espiritual, incapacidad para cumplir los votos, baja calidad de la vida comunitaria…) la vida religiosa del siglo XXI exige la capacidad de vivir y desarrollarse entablando una conversación continua con la sociedad secular, “pero solo la fidelidad permitirá tender nuevos puentes”. En otro punto, el religioso jesuita subrayó cómo san Ignacio hablaba de “probación” antes que de “acompañamiento” para los que llamaban a la puerta de la Compañía, y cómo la prueba fundamental es “tener la capacidad de ser guiado por el Espíritu, pues solo así podrá acompañar”. Finalmente, Mariña Ríos comenzó afirmando que “en este documento late un elemento clave de la vocación, y es la fidelidad recibida como don”. Por eso, a su juicio “no debería leerse desde el punto de vista de los abandonos”. Para la religiosa de la Compañía de María toda la vida religiosa de los últimos años ha hecho grandes esfuerzos en acompañar más personalizadamente “así como también a nivel más amplio, creando comunidades abiertas al mundo”, afirmó subrayando la necesidad de seguir ahondando en esta reflexión. Y mirando hacia el futuro, ¿qué tiempo de comunidad religiosa puede ser atractiva para la gente joven? “Comunidades de hermanos, que están en camino y en búsqueda, que se ayudan a avivar la pasión apostólica, que van creciendo en vida cálida y humana, en el cuidado, en el apoyo, en el encuentro. Comunidades abiertas al entorno, a la realidad, a los jóvenes, como espacios de acogida, diálogo y oración y que transmitan evangelio. Comunidades de gente agradecida”.

“El don de la fidelidad. La alegría de la perseverancia” es, por tanto, un documento que resultará especialmente útil a todos aquellos consagrados que desempeñan funciones de responsabilidad tanto en el gobierno como en la formación. Ciento setenta y seis páginas disponibles desde ya mismo en la página web de la editorial y por supuesto, también en librerías, que nos acercan las orientaciones de la Congregación vaticana para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica.

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