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Sesión de apertura de la 46ª Semana de Vida Religiosa

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Bajo el lema “La Vida Consagrada tras las huellas de la Belleza”, en plena octava de Pascua, quedó inaugurada la 46ª Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada, que este año ha vuelto a llenar el Aula Ángel Herrera de la Fundación Pablo VI de Madrid. Fiel a su cita anual, el Instituto Teológico de Vida Religiosa nos anima esta vez a emprender el camino de la belleza, categoría fundamental para entender y acceder a Dios.

La sesión de apertura de ayer comenzó con el discurso del Prof. Carlos Martínez Oliveras, director del ITVR, que fue el encargado de presentar cómo y desde qué ópticas será abordada la belleza en estos próximos tres días.

Por su parte, el Provincial de los Misioneros Claretianos, el P. Pedro Belderraín, nos invitaba a echar la vista atrás, en concreto a los inicios de estas Jornadas, que siempre han sabido profundizar en algún aspecto esencial de la Vida Consagrada y de la misión de ésta en el mundo: “Desde su comienzo, sin interrupción, gracias a la dedicación de decenas de organizadores y miles de asistentes, la Semana de Vida Consagrada nos ha convocado, año tras año, como discípulos recién impulsados por el encuentro pascual con el Señor Resucitado”. Especialmente aplaudido fue su recuerdo a Mons. Alberto Iniesta, el cual, en 1.973, fue invitado a esta misma cita que en aquella ocasión era la II Semana Nacional, y pronunciaba estas palabras para su apertura correspondiente: “Ya, ya sé que hay peligrosas novedades. Lo creo sinceramente. Pero sería mala señal que habláramos sólo de las peligrosas novedades y no habláramos casi nunca de las peligrosas antigüedades”.

Seguidamente, el P. Gonzalo Tejerina, Decano de Teología de la UPSA, afirmaba de manera categórica que esta oportunidad de formación permanente es “una contribución decisiva a la Iglesia”. Por su parte, la presidenta de la CONFER, María Rosario Ríos animó con sus palabras a reconocer la belleza del seguimiento de Jesús. Tema ampliamente desarrollado después por el Cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, en su conferencia ‘Comunión de vocaciones’. “¡Qué distinta sería la ciudad de Madrid sin la Vida Consagrada!”, llegó a afirmar, dejando a un lado el discurso y revelándonos que lo pensaba realmente mientras pasea por la ciudad. “A vosotros, expertos en misericordia –añadió– os pido que sigáis involucrándoos en cada una de vuestras tareas. Seamos todos dadores de esta comunión con Jesús”.

La segunda ponencia de la tarde, Via pulchritudinis, camino privilegiado de evangelización y diálogo, la realizó el Prof. José Cristo Rey García Paredes, para quien hizo de moderadora la Prof.ª Susana Nieves. El misionero, ampliamente conocido y admirado por los asistentes, quiso responder a la pregunta ¿sigue siendo la belleza de Dios el motor de la Vida Consagrada? Y comenzando a hablar por la evolución de la belleza y argumentándose en sólidos fundamentos teológicos, fue modelando una conferencia magistral, unánimemente aplaudida.

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