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Germán Padín, cmf: “La pobreza no tiene fronteras”

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Hace un año, de manera espontánea, al clausurar el Año de la Misericordia en la Basílica de San Pedro, el papa Francisco manifestaba su deseo: “quisiera que hoy fuera la jornada de los pobres”. Era el 13 de noviembre del año pasado, 2016. La invitación que el Santo Padre dirigió a toda la Iglesia es hoy una realidad que toma forma como la primera Jornada Mundial de los Pobres. La Iglesia que peregrina en este mundo dirige su mirada “a compartir con los pobres. Los pobres no son un problema, sino un recurso al cual acudir para acoger y vivir la esencia del Evangelio”.

Son muchos los misioneros de esta Provincia claretiana que se han tomado muy en serio esta llamada. Entre ellos podemos contar a Germán Padín, cmf, párroco de Nuestra Señora de la Fuensanta, un humilde barrio de Valencia que llegó a ser foco de delincuencia y que ahora, además, debido al paro y los desahucios se ha convertido en una zona de okupación masiva

 

En la declaración del XXV Capítulo General se lee en uno de los puntos “No se puede ser claretiano como si los pobres no existieran”. Es una frase fuerte, que interpela, y que nos hace pensar que la Jornada de los pobres no encaja en una fecha del calendario, tanto como en el ADN de la Congregación.

GP: Sí, es cierto. Y además yo quisiera añadir que los pobres no tienen fecha de caducidad, ni de consumir preferentemente antes de… Ahora, también tenemos que diferenciar de qué tipo de pobreza estamos hablando. Se nos abre el abanico entre la económica, la social, la estructural, la familiar, la de valores….

¿Cómo es tu día a día?

GP: Reparto mis quehaceres entre el tiempo que me ocupa dar clases en el colegio con las actividades de la parroquia.

En el Claret-Fuensanta dedico un número considerable de horas a la semana a la inmersión lingüística -últimamente con alumnos pakistaníes-, debido a las necesidades del barrio. De todas formas, es raro estar solo en el despacho. Siempre pasa algún alumno que no se entiende con un profesor, o uno que se autoexpulsa de clase… Y de cuando en cuando también llegan momentos de compartir las dificultades que los chavales encuentran en sus vidas.

La jornada de las tardes la comienzo a las cuatro en la parroquia, con una serie de actividades que procuran prestar atención a lo más urgente: acogida a niños para ayuda de apoyo escolar, acogida de mujeres pakistaníes para que aprendan a defenderse con el castellano, la acogida de Cáritas, (que esto no entiende de horarios de despacho). ¡Ah!, claro, y también las catequesis: comunión, confirmación…

En fin, todo esto no sería posible sin la ayuda del P. Diego en las celebraciones y en el voluntariado de distintos programas. Y desde aquí también quiero enviar un agradecimiento a PROCLADE y CÁRITAS DIOCESANA, porque sin su ayuda material sería imposible llevar a cabo tanta labor solidaria: economato, programa inmersión, ayudas de meriendas….

¿Qué papel juega la esperanza para los que pasan necesidad?

GP: Yo lo definiría con una frase: todo es posible. A cada situación, hay que buscarle una solución. Muchas veces solo con una palabra, u ofreciendo escucha atenta.

Las Bienaventuranzas, la carta magna de Jesús, trastocó y trastoca los corazones. Da valores y quita privilegios. "Bienaventurados los pobres..." suena fuerte también hoy. ¿Percibes que hay instituciones, dentro o fuera de la Iglesia, comprometidas con los pobres?

GP: Sí, en este momento se percibe ayuda. Pero considero que debería haber más coordinación entre las distintas organizaciones. Lo digo porque en muchos casos la ayuda se duplica. Es decir, las mismas personas reciben ayuda por parte de la iglesia y por parte también de las instituciones públicas. Yo creo que esto es un error. Deberíamos estar más coordinados.

Desde el barrio en el que actúas, ¿En qué sentido podemos leer aquello de ‘los pobres nos evangelizan’?

GP: En este momento, desde dos claves muy concretas. En primer lugar, estando en contacto con otras confesiones religiosas y de emigrantes se aprende que la pobreza no tiene fronteras.

En un segundo lugar, lo que yo llamo ‘pobreza vergonzante’: aquellos matrimonios o parejas jóvenes que se acercan a última hora de la tarde para que nadie los vea, y te cuentan las dificultades económicas a la vez que se avergüenzan de tener que pedir. A través de ellos se muestra una cara de la Iglesia que no tiene nada que ver con lo sacramental, pero sí con lo sagrada que es la caridad.

El Espíritu nos hace salir hacia las periferias de pobreza, exclusión y descarte, pero ¿cuáles son las periferias en tu parroquia?

GP: Las enumero:

1.- Un 20% de viviendas ‘de patada’ (okupas). Les ayudamos desde la parroquia a mantenerse en ellas y a esperar a que sean denunciados. Les animamos a que no abandonen el hogar hasta que tenga lugar el juicio y así poder pedir al juez un alquiler social. Es triste, pero es así como funciona.

2.- Ayuda en alimentación. En este momento la parroquia tiene 48 familias que se benefician de un economato arciprestal. La ayuda económica para favorecer a estas familias es por parte de Cáritas Parroquial.

3.- Ayuda a la emigración pakistaní con temas de burocracia como por ejemplo, hacer reunificación familiar. Es que en algunos casos tienen hijos en España y en Pakistán. A veces también les acompañamos al médico.

4.- Acogida en trabajos para la comunidad con jóvenes de la parroquia que hacen labores de limpieza, o aprender a leer y escribir. Lo cierto es que intentamos evitar que entren en la cárcel.

5.- Acogida a niños y jóvenes del barrio para complementar sus estudios.

6.- Visita a la cárcel.

7.- Acogidas tutoriales de niños cuyos padres están en la cárcel y que ahora están atendidos por familias.

8.- Merienda-cena para niños que no tienen medios y forman parte del programa Corazón de María en el que tanto nos ayuda PROCLADE.

9. No olvidamos el cuidado de los enfermos que se visitan en sus casas y se le suministra la comunión. Tenemos dos laicos ministros extraordinarios de la eucaristía. Y también procuramos hacer visitas en tiempos fuertes.

10.- Todo ello acompañado de un cuidado por la pastoral parroquial, comuniones, confirmación, grupo de biblia y Legión de María.

¿Quieres dar algún mensaje a la Provincia?

GP: Sí. Quiero dar la gracias a toda la Provincia por su cercanía y apoyo. Gracias a PROCLADE por su ayuda tanto económica como personal. Gracias a mis hermanos de comunidad Benimaclet–Fuensanta por su paciencia conmigo y con el desorden en los horario que supone una vida así. Gracias al Colegio Claret por facilitarme los horarios de trabajo y su entrega. Quiero agradecer también aquí la ayuda de las congregaciones religiosas de Santa María y de Jesús María por su colaboración. Y a todos y cada uno de los feligreses por su paciencia y saber aguantarme. Gracias a Cáritas Diocesana de Valencia por su ayuda incondicional. Sin ellos sería imposible llevar a cabo esta labor.

Gracias al Gobierno Provincial por confiar en mí.

Pero sobre todo gracias al Corazón de María por enseñarme a decir que SÍ a esta labor. Pero os aseguro que a veces se hace duro.

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