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“Las historias de los misioneros generan otras preciosas. Todas, regalo de Dios”. Presentación del Domund 2018

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Misioneros Claretianos / OMP | Arrancó el primer día de octubre el mes misionero de Domund con una amplia agenda de actos en diversas diócesis españolas. La Iglesia universal celebra el momento más importante del año para dar a conocer el trabajo de sus misioneros esparcidos por el mundo. Según cifras de Obras Misionales Pontificias (OMP), más de un 45% del globo es considerado territorio de misión.

Como viene siendo habitual estos últimos años, OMP ha optado por recorrer distintas regiones de nuestro país para desarrollar unas jornadas de sensibilización, con exposiciones, encuentros y mesas redondas. En esta ocasión, las jornadas han recaído en Castilla y León dentro de un programa -El Domund al descubierto- pensado para conocer y dar valor a la labor de los misioneros. Los claretianos de Segovia pudieron formar parte de este, acogiendo en su Iglesia un encuentro de oración el pasado día 4 de este mes, que estuvo organizado por el secretariado de misiones de la diócesis y CONFER diocesana, y que contó con la presencia del obispo, Mons. César A. Franco Martínez. Una vigilia abierta a toda la ciudad, en la que participaron muchísimos religiosos, entre los que se encontraban los claretianos PP. Ángel Cabezón, en labores de enlace con los organizadores, y José A. Serrano, párroco de la Iglesia.

El 21 de octubre cambia el mundo

Aunque el día grande para todas las diócesis españolas será el próximo 21 de octubre, convocado bajo el lema ‘Cambia el mundo’ y que hoy ha sido presentado por D. José María Calderón, subdirector nacional de las OMP, y tres misioneros, dos mujeres laicas y un varón, sacerdote.

“Queremos resaltar la importancia de los misioneros laicos”, subrayó Calderón en las primeras palabras que presentaban el Domingo de las Misiones, el último que organizó D. Anastasio Gil. “Todo esto que hoy se comunica ha nacido de su intención y de su trabajo al frente de esta casa”, apuntaba al principio.

“Ciertamente, las historias de los misioneros cambian el mundo, porque generan otras historias preciosas. Regalo, todo ello, de Dios”, continuaba el subdirector de OMP, institución que trabaja todos los días a favor de los más de 12.000 misioneros españoles, que necesitan nuestra colaboración diariamente. “Y me sabe mal que se encierre todo en el penúltimo domingo del mes de octubre, cuando realmente deberíamos explicar todos los días que la Iglesia es Misión”, matizaba.

Números

Si tuviéramos que ceñirnos a los números, queda patente cómo cada vez cobran más protagonismo los laicos misioneros. “Y esto no se explica argumentando que van a la misión porque cada vez hay menos curas. No. Ellos no suplen a nadie, ni son el banquillo de reserva de la Iglesia, sino que desde su vocación, dan su testimonio”. Los seglares suponen ya el 3.28% de los misioneros de España.

Si miramos la aportación económica de las campañas del DOMUND, el compromiso de la sociedad española con los misioneros es muy generoso, “y cada año, más. Incluso en los años de la crisis”. Hablamos de más de 11 millones y medio de euros que se envían desde nuestro país a la Santa Sede, a la Obra de Propagación de la Fe, que luego lo distribuye a Territorios de Misión.

Testimonios de los misioneros

Patricio Larrosa, Misionero de la OCSHA; Carmen Aranda, laica comboniana, y Lola Agúndez, laica vinculada a la Sociedad de Misiones Africanas, fueron los protagonistas de los testimonios escogidos este año. El primero, Patricio, sacerdote de Guadix, se fue a "ayudar" a Honduras “unos dos años”, pero lleva ya 26. Dice que la gente de allí  le cambió a él y hoy sigue intentando cumplir el mismo objetivo que tenía cuando llegó: "Hacer del mundo una familia donde ayudarnos a vivir como hermanos, porque Dios es nuestro padre". La única consigna que tiene es "ayudar a los que quieren ayudar"; así ha conseguido involucrar a 11.000 jóvenes que hoy pueden estudiar gracia a la ayuda mutua que se prestan, 500 de los cuales han accedido incluso a estudios universitarios. 

Para Carmen Aranda, "la misión fue una consecuencia maravillosa de seguir a Dios". Como Patricio, ella también se preguntaba por qué ella había nacido en una familia que le había dado todo mientras otros no tenían nada. La pobreza que más miedo le daba a Carmen era la de "no tener opciones" y se preguntaba por qué había gente "que no podía soñar". Esta joven de 38 años dice que "la experiencia más fuerte de su vida fue fiarse de Dios", porque no sabía dónde iba a acabar; dejó su trabajo y todo lo que le daba seguridad, y acabó 3 años como misionera en Uganda. Lo más grande que vivió allí fue haber elegido "despertarse durante 3 años acompañando a la gente que tenía aquella vida por nacimiento". 

La historia misionera de Lola Agúndez comenzó acompañando a un investigador a Etiopía. Allí, su natural inquietud por África se despertó aún más, a partir de lo que vio, y al volver a España regresó a la Iglesia tras unos años alejada de ella. Desde hace 20 años sigue la llamada del Señor a estar en primera línea de evangelización en Benín, y ahora en Níger. Con lágrimas en los ojos, Lola comentó que aunque tendría que haber salido para Níger el pasado 24 de septiembre, el secuestro del padre Luigi Maccali, de la Sociedad de Misiones Africanas, en la misma zona a la que debían ir ella y otra compañera, desaconsejó la partida. "Quieres ir a cumplir tu vocación y por cuestiones que no puedes controlar, no puedes ir", añadió emocionada. De momento, a Lola le toca esperar, mientras tanto, "los sacerdotes que no pueden abandonar al pueblo de Dios", siguen allí.

 

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