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Taizé en Valencia. Crónica de un encuentro

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El fin de año tuvo este año un color especial para muchos jóvenes. Unos 15.000 llegados de toda Europa, junto con otros 15.000 de la zona, se juntaron en Valencia convocados por la Comunidad de Taizé en el ya clásico “Encuentro europeo de jóvenes”.

Los claretianos tuvimos parte en la acogida y algunos jóvenes de Santiago y de Bética participaron en el Encuentro. Los de nuestra Provincia, junto con Eguione CMF, fueron acogidos por Germán Padín CMF en los locales de la Parroquia de Fuensanta. Uno de estos jóvenes nos cuenta su experiencia.

“El encuentro Taizé-Valencia ha sido una experiencia que, estoy seguro, nadie de los que estuvimos olvidará con facilidad. El ritmo durante esos cinco días era frenético: querías hacer tantas cosas en tan poco tiempo que al final lo único que conseguías era llegar tarde a todos los lados.

Todas las mañanas teníamos una oración y después una reunión por grupos para discutir sobre diversos temas, muy bien planteados, con el fin de profundizar acerca de la misericordia. Tras esto, todos los días teníamos una experiencia que nos acercaba más a las realidades de Valencia (y no precisamente a las fallas, la horchata o la paella). Estas consistieron, entre otras, en conocer el barrio de Fuensanta y visitar la Casa Cuna.

Una vez finalizada esta parte nos dirigíamos corriendo al centro para recoger la comida y picnic para la cena, y, como no, comérnoslo en los Jardines del Turia. A las 14 h. nos dirigíamos a la oración común del medio día. Estar reunido con cerca de diez mil personas cantando los cantos que te hacían aislarte de todo y tener una hora para pensar, te hacía vivir de manera significativa la presencia de Dios: todos juntos, cada uno en su idioma, con sus matices en sus creencias pero entorno a lo mismo… algo mágico, sin duda alguna.

Por la tarde, un infinito número de talleres repartidos por la ciudad atraían no solo a los inscritos en el encuentro sino también a muchos de los habitantes de Valencia. En estos talleres se veía la religión desde puntos de vista muy distintos y a través de temas que aparentemente no tienen nada que ver con ésta.

Después de los talleres teníamos nuestro ratito para poder dar un paseo y conocer la ciudad y cenar. Tras esto, a las 19 h. teníamos la oración de la noche en la que al final había una muy solicitada adoración de la Cruz. Con esto acababa nuestro día. Días largos pero intensos, muchísima gente involucrada, familias de acogida, parroquias, voluntarios... de los que aunque sólo hayan sido cinco días conviviendo ha costado mucho despedirse.

Esta "nochevieja diferente", como algunos planteaban, ha sido sin duda algo mágico. Tanta gente reunida en torno a lo mismo hace que sin duda recojas fuerzas para seguir siendo Sal y Luz. Y por qué no decirlo... que tu cena de Nochevieja sea un bocadillo de jamón en la Plaza de la Reina con horchata y fartons a las 18 h… y ver a polacos, ucranianos, checos, etc. comiendo las uvas.... pues ¡tiene su encanto!”

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